El Reina Sofia sonríe aliviado - La opinión indebida del USCF 1-0 SD Amorebieta

El Reina Sofia sonríe aliviado - La opinión indebida del USCF 1-0 SD Amorebieta

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Miguel Ontiyuelo

El unionismo recupera su ritmo cardiaco tras contener la respiración el pasado mes de febrero. El equipo enlaza dos victorias seguidas por primera vez en lo que va de temporada, las dos como local, y ya alcanza, a falta de 11 jornadas, una puntuación que permite tomar distancia con los puestos de abajo. De prolongarse la racha durante más semanas, permitiría volver a mirar hacia arriba como ocurriera en el tramo final de la primera vuelta. Eso sí, estas dos victorias seguidas dan definitivamente aire al cuerpo técnico en su hora más señalada de la temporada.

En medio de unas condiciones meteorológicas inestables, cambiantes, y con un césped mojado que condicionó algunos pases en el espacio intermedio, los dos equipos se mantuvieron fieles a su correspondiente estilo. Los esquemas de ambos contendientes parecían señalar las bandas como el recurso a explotar tras el robo o error en la posesión del contrario. Esto acabó derivando en un juego interior poco profundo y en frecuentes choques y disputas en el centro del campo que después buscarían en largo la espalda del rival. Aún así no abundaron los acercamientos peligrosos a portería. Más allá del resultado final, Unionistas fue mejor “a los puntos”, ya que mantuvo mejor posicionamiento defensivo y mayor incisividad en ataque. La sensación general es que al Amorebieta se le veían más las costuras. Pero en cualquier caso no fue un partido que hiciera brillar a los porteros.

Fue mediada la segunda parte cuando el partido entró en su fase decisiva. Un muy destacable Iñaki González ganó presencia, se multiplicaba tanto en defensa como en ataque y empujaba con su sacrificio a todo el equipo. Incluso lo salvaba con una carrera prodigiosa para cortar un peligrosísimo uno contra uno de Vicandi. La expulsión de Ben Hamed por doble amonestación en  el minuto 58 pasó a ser clave, porque privó al conjunto zornotzarra de uno de sus mejores activos y dio a los locales el plus que necesitaban para ir a por el partido. Así, en una sucesión de acciones a balón parado, los charros asediaron a los visitantes y llegó el gol de Mikel Serrano. Incluso hubo un segundo gol, de los llamados “fantasma” pero que sí entró, que no fue apreciado por el trío arbitral.

Con ventaja en el marcador pero sin haber conseguido rematar la faena, el tramo final de los blanquinegros fue malo. Pasado el minuto 80, bien por nerviosismo, por miedo a perder el botín conseguido… por malos recuerdos… por fatiga en un terreno de juego pesado, -o incluso por una combinación de todas-, el equipo pudo haberse metido en un charco. La grada leyó bien el momento y redobló los ánimos mandando el mensaje de confianza que sus jugadores estaban necesitando y, en suma, salió cara. El Reina Sofía esbozaba una sonrisa, aliviado.

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