
Unionistas salva una bola de break - La opinión indebida del USCF 2-1 Ourense CF
Partido para agonistas el que ayer consiguió ganar Unionistas de Salamanca. Cuajando un mal e irregular partido en lo global, consiguió convertir los tres puntos y esa es la mejor noticia para el universo blanquinegro, que no consiguió disfrutar del partido hasta alcanzar las mieles en la recta final. El Ourense CF fue mejor, pero sus tres goles, dos de ellos en propia puerta, dieron el triunfo a los locales. Empuje y fe fueron los cimientos para llevar el balón hasta la meta contraria en las suficientes ocasiones para que acabara entrando. Ocurriera eso de la forma en que ocurriese.
Era un partido difícil de disputar por el ambiente que le rodeaba, por el desencanto que se palpaba durante toda la semana. Era un partido para valientes, para sacar los galones y las credenciales. El foco estaba puesto en un equipo que sabía que debía reivindicarse a sí mismo. El aroma era de necesidad, de partido que había que ganar como fuera para alejar unas sombras que, iniciado el envite, planearon durante demasiados minutos sobre el Reina Sofía.
Tras unos primeros minutos en los que los blanquinegros salieron enchufados y con ganas de materializar cuanto antes, el equipo se diluyó ante un Ourense CF que siempre estuvo bien plantado sobre el verde. Una vez cogieron tacto al cuero, los azules demostraron tener más argumentos de juego que los charros, que no acertaban a contener el centro del campo visitante ni a replegarse con eficacia. Jerín Ramos, Fidalgo y Xesc Fullana dominaban el escenario, encontraban los espacios y repartían el juego. La ansiedad iba creciendo en la grada y en el campo, y las dudas se tornaban sombras cuando en el minuto 26 llegaba el 0-1 al marcador. Otra vez, y van muchas, a remar con viento en contra. Malos minutos locales.
El paso por vestuarios era más que necesario y fue bien aprovechado. Los nuevos bríos con que salió el equipo hicieron que la grada recogiera el guante y redoblara sus esfuerzos para empujar. Por minutos se masticaba la tensión. Iván Martínez tuvo que intervenir para salvar al equipo de una puntilla definitiva. Jonny Arriba se multiplicaba por el campo ayudando a sus compañeros. El equipo ensanchaba el campo, el balón llegaba al área contraria pero el remate se resistía, hasta que una carrera y una pelota de fe de Eudald Vergés encontró el premio al no acertar los defensores a despejarla. Por instantes pareció que el conjunto ourensano se conformaba con el empate y eso dio a los blanquinegros el ánimo definitivo para seguir empujando hasta encontrar el premio final.
El equipo no consiguió despejar las dudas de la parroquia respecto a su propuesta futbolística. La luz que aportaron los cambios producidos en el reinicio, con la entrada de Iñaki González e Iván Moreno, sirven tanto para destacar el acierto de su inclusión como para señalar el desacierto del planteamiento inicial. Esos cambios, el banquillo de cada uno de los contendientes, es quizá lo que más inclinó la balanza del lado unionista en el tramo final de partido.
En definitiva, bola de break salvada por el Unionistas de Dani Llácer, que seguirá teniendo que luchar por “romper el servicio” en los partidos fuera de casa para encauzar el set y partido. Han sido 3 puntos tan difíciles como importantes que permiten ganar una semana de trabajo con más confianza, menos decibelios, y que habrá que exprimir al máximo.