La irregularidad del empate - La opinión indebida del USCF 1-1 Real Sociedad B

La irregularidad del empate - La opinión indebida del USCF 1-1 Real Sociedad B

author.name
Miguel Ontiyuelo

Unionistas se está convirtiendo en una contradicción. El ya destacado rey del empate de Primera Federación lo es a merced de unas actuaciones que distan de lo que imaginaría cualquiera que no viera sus partidos. Lo que un aficionado imagina habitualmente de un rey del empate es unas líneas equilibradas, seguridad, contundencia, marcas correosas, cierta dificultad para hallar el gol… El Unionistas de la temporada 24/25 no es así. Es un equipo tan difícil de derrotar como asequible para batir su portería. Un conjunto tan vertiginoso para hallar el gol, como poco solvente para resolver a su favor las contiendas.

Lo que empezó la temporada siendo rock and roll y siguió como una invitación a una incertidumbre de 100 minutos, como una moneda al aire… ha ido deviniendo en una suerte de ying y yang. De partidos que se ponen de cara y no se consiguen rematar, a partidos que se ponen cuesta arriba y por pundonor se transforman en puntos finales (o punto final y gracias). A veces buena salida y mal avance de partido, a veces mal inicio y mejora paulatina. Unionistas se contradice partido a partido.

Hoy contra la Real Sociedad B, firmó su 11º empate en 17 jornadas. Mientras los potrillos presentaban un desempeño regular, sin alardes combinativos pero buen posicionamiento, en busca de la conquista del juego interior y alternando con incisivas verticalidades, Unionistas presentó dos versiones. En la primera parte consiguió contrarrestar con éxito las virtudes visitantes y hacer suyas las mejores oportunidades de adelantarse en el marcador. El planteamiento de partido parecía óptimo en su idea y ejecución, a excepción de cierta inseguridad en línea defensiva y, obviamente, a falta de haber encontrado el premio del gol.

 A la vuelta de vestuarios, la contradicción: minutos de avasallamiento visitante, blanquinegros fuera de sitio y resolución al aprovechar los txuri-urdin el regalo local en una salida de balón. Se abrían paso los minutos de las imprecisiones, la precipitación, la ansiedad, la mala elección de pase o tiro.

La Real B apostó por el mantenimiento de réditos y el control de fugas. Ese fue su error, ya que Unionistas conseguiría arrinconarles en los minutos de añadido y volvió a prender la mecha de los goles in extremis en el Reina Sofía. Tampoco ayudó Pardeiro Puente a mejorar la estética de esta segunda parte. No siempre midió con el mismo rasero acciones parejas y perdonó una expulsión a los visitantes. 1-1 que puede saber a justicia pero no debe maquillar las conclusiones.

En definitiva, el equipo charro quiere pero no consigue embellecer su expediente presentando, al finalizar cualquier partido, una hoja de servicios limpia y solvente. Es muy difícil encontrar una ejecución de partido dentro de los márgenes de la regularidad. Unionistas suele alternar medios partidos convincentes, no deslumbrantes pero sí aseados, complicando a su rival en todas las fases del juego, con otros medios en que se arrincona, desorientado y a merced del contrario. Esto es lo que se hace muy difícil de digerir para su aficionado.

Aún con todo se puede hacer una lectura en positivo, claro que se puede. Se puede considerar que en medio de la irregularidad manifiesta y de la concesión de ventaja a un rival sólido, que marcha 2º en la clasificación, Unionistas es capaz de impedirle ganar en ese arreón final. A corazón abierto el equipo es capaz de intimidar a cualquiera y de impedirle marchar triunfante. Eso te convierte en un rival temible, competitivo, y te puede presentar como candidato a pelear por los puestos de honor, al menos en el mundo de las sensaciones, no está claro si en la clasificación. Pero si esa mordiente sólo sale en esos trances, se antoja demasiada concesión al albedrío, demasiada dependencia del desgobierno.

Gracias a nuestros patrocinadores