Ojo de Halcón: Aviso a navegantes
Un capitán de barco tiene que pensar y tomar soluciones inmediatas ante las posibles adversidades que la travesía le puede poner por delante a lo largo del recorrido.
Esta toma de decisiones debe ser transmitida y configurada en mandatos imperativos seguros, cargados de confianza, de forma que estas directrices, jerárquicamente capitaneadas, lleguen de una manera clara y concisa a los grumetes encargados de que el navío arribe a buen puerto.
Dani Llácer, capitán del buque de Unionistas de Salamanca, el pasado domingo ante el CD Lugo, al intentar encontrar soluciones para desatascar el partido, ojeó la disponibilidad que tenía en el banquillo en forma de cambios y no encontró nada, sólo 3 sustituciones en 97 minutos. No hubo más que le satisficiera para buscar el giro de un guión que estaba abocado al empate.
Gripado el motor del navío blanquinegro desde el minuto 60 de encuentro, más o menos, con Álvaro agotado físicamente y De La Nava lesionado, no hubo plan B en el juego. El equipo se vio impotente para poder cambiar a tiempo el rumbo. Que no agotara los cambios el técnico de Unionistas de Salamanca en esta situación extrañó a los presentes, que echaban de menos frescura en las piernas y en la cabeza de los jugadores locales.
La lectura ante esta situación puede ser doble: Primera, que entendiera el capitán que con lo que tenía sobre el terreno de juego bastaba para doblegar a su rival. Segunda -que es la que nos puede preocupar-, que viera que lo tenía en el banquillo no le valía.
Si la lectura resultante a esta pregunta es la segunda, Unionistas de Salamanca tiene un problema y grande.
Si un equipo sin mucho presupuesto, al que no le sobra el aliento de nadie para pelear en una complicada categoría, con muchos rivales con sus bolsillos dopados, en el inicio de campeonato, a octava jornada, sólo cuenta con 15 jugadores de su plantel… Eso hace temblar las canillas del aficionado más seguro que exista en el Reina.
Es claro y notorio que a este Unionistas le falta un plantilla algo más profunda y que en determinadas posiciones está falto de efectivos, pero de ahí a que el técnico a comienzos de curso dé evidencias de que tan sólo va a contar con unos cuantos jugadores para afrontar la difícil empresa… es un poquito de película de terror.
Puede ser que simplemente sea un aviso a los miembros que han confeccionado la plantilla de que con lo que tiene, no le es suficiente para emprender con suficientes garantías este viaje por la Primera RFEF. Y esto también es preocupante y deja muy desnudo a Unionistas de Salamanca. Salvo que a golpe de riñón en este periodo encuentre mirlos blancos entre el mercado de jugadores sin equipo, la otra opción es la de tirar hasta diciembre con lo que hay. Ahí es donde se atisba que se nos puede hacer muy largo este inicio de campeonato.
Esperemos que no, y que la correcta lectura al acto que se escenografió el pasado domingo fuera que Llácer pensó que con lo que saltó al campo, en el tramo final, debía ser suficiente para ganar.
En Unionistas todos los que están deben remar a tope por conquistar la empresa de llegar a buen puerto, y el que no quiera estar, debe al menos dignificar su profesión. Hasta el último minuto todo jugador que vista la zamarra blanquinegra debe pelear hasta donde le lleguen sus fuerzas. Más no se le va a exigir y nunca va a ser tarde.
En Unionistas no sobra nadie.