Inferiores en juego durante noventa minutos, superiores por corazón en tres
Inferiores en juego durante noventa minutos, superiores por corazón en tres
En el fútbol y a casi todo en esta vida hay que ponerle el ingrediente del corazón para hacer afrontar los objetivos que tienes por delante. Pero a este acto, el realizado a través del órgano vital, hay que acompañarlo de talento. La cabeza y sus órdenes, pausadas y armonizadas provocan que estos impulsos sean coordinados con minuciosidad y lleguen a ser prósperos de cara a la meta marcada por el ser humano en cuestión.
Bueno, pues todo esto proyectado al juego del fútbol, deriva en que por supuesto que hay que ponerle pasión y ganas, pero junto a esa denominada y muchas veces mal entendida por el aficionado de butaca, “raza”, esa entrega sudorosa debe ser secundada como actor principal de inteligencia, juego, posicionamiento en el campo y mesura. Y todo esto le faltó a Unionistas en el encuentro del pasado fin de semana.
Visitaba El Reina Sofía el líder. Un equipo que había mostrado en este inicio de campeonato unas credenciales de conjunto sólido, bien armado y con un juego colectivo muy potente. Ante este panorama, Unionistas de Salamanca se presentaba con aires de presentar pelea ante cualquier rival y propositivamente, en la parte del juego, un escenario muy divertido y alegre, que presagiaba un choque de alto voltaje.
Todas estas prematuras cábalas se esfumaron nada más saltar los dos conjuntos al campo. La Cultural se encargó de enfriar y apagar el inicial fuego que crea Unionistas en su estadio. Muy superiores los leoneses, mandando desde el comienzo y con un juego de movimientos rápidos y por momentos preciosistas, -el primer gol es una obra de arte-, disiparon los visitantes cualquier atisbo de que los tres puntos se podían quedar en la capital salmantina.
El líder fue mucho líder durante todo el partido, salvo en el añadido. Maniató a los locales que se fueron ahogando con el paso de los minutos.
Llacer, que había repetido once en cuatro de los cinco encuentros de liga, de forma sorprendente varió el once y metió de inicio a Imanol de lateral, dejando fuera a Aitor Pascual. Un central, por ahora el más titular de la plantilla, de lateral fue lo más sorprendente del once blanquinegro.
No era momento ni rival para mucho cambio y aunque posicionalmente sólo era una variante, el de Tavares por Iñaki era jugador por jugador y ambos son medios, fue lo suficientemente significativo para que el equipo se desequilibrara.
La Leonesa que fue mejor y ganó por muchas más cosas que por este referido cambio en el once de Unionistas, machacó esa zona, la de nuestra zona lateral derecha e hirió de muerte tanto a Imanol como a Moreno durante todo el primer acto.
Carrusel de juego colectivo, dominadores de la parcela ancha y superiores físicamente, doblegaron sin concesión alguna a Unionistas que se sintió inferior en el campo y que ni el empuje de la grada local pudo igualar la contienda.
La segunda parte mejoró para los salmantinos pero el aroma del segundo gol leonés se esnifaba en cualquier contra. Pudo llegar antes la puñalada mortal pero las erráticas decisiones a la hora del culminar las jugadas del cuadro del león rampante dejaron vivos a los charros que mejoraron con el paso de los minutos. Tavares se movió mejor en el segundo acto, lo encontraron sus compañeros, y pese a no estar fino ó falto de confianza, el medio enganchó alguna jugada de éxito.
Volvió Llacer a su columna titular con los cambios, saltó Iñaki, que estaba algo tocado y Pascual, y el equipo mejoró. Aunque la inferioridad en el juego y en el marcador seguía, la pendiente a escalar era menor, menos tendida.
Llegó el segundo y con él se acabó lo que se daba pero, como reza el lema de Unionistas, “Unionistas nunca se rinde”, los salmantinos tirararon de ese corazón inmenso que llevan cada vez que se enfundan la elástica blanquinegra y por un instante casi obran el milagro en forma de empate.
Un gol en propia puerta del cuadro visitante y la aparición de unos infantes nervios al ver que se te pueden escapar los puntos en el tramo final, les pudo costar muy caro a los del Reino de León.
Con el corazón a Unionistas no le bastó para puntuar, y es que en el fútbol como en la vida hay que tirar de algo más que del rojizo musculo vital para afrontar empresas complicadas.