La opinión indebida del Unionistas - Arenteiro
El poder del gol - Miguel Ontiyuelo
En fútbol, un gol, ya sea para un contendiente o para otro, puede cambiar radicalmente el guion de un partido o, por el contrario, puede reforzar su narrativa hasta hacerla madurar: superposición o colapso. Este sábado vimos un partido de fútbol decisivo, que ponía colofón a una temporada, pero también pudimos degustar esta confrontación dialéctica.
La fiesta unionista de fin de temporada iba a estar plagada de esperables y sentidas despedidas, pero requería antes tomarse con seriedad y ambición el envite contra el Arenteiro. Los carballineses venían a por una victoria que les daría plaza en Copa del Rey para la próxima temporada. Algo que, salvo en esa circunstancia, iba a ser para Unionistas, por lo que los charros no debían dejar nada a la improvisación.
Aún así, como en la primera vuelta, Javi Rey le volvió a ganar la partida a Dani Ponz con su propuesta de salida. La diferencia estribó en que eso no se materializó en un gol que, pese a todo, estuvo cerca. Una vez más, providencial Iván. Temblaba el aficionado charro ante la posibilidad de verse por detrás en el marcador hasta que Slavy, otra vez Slavy, el hombre-gol del Unionistas 23-24, encontró una vez más la brecha para rentabilizar lo poco que tuvo en sus botas al filo del descanso. Estallido de alivio y desahogo en la grada.
De nada le había servido al Arenteiro su recital propositivo, pero el guion no necesitaba cambiar, sino que sólo podía reforzarse. Los visitantes necesitaban volcarse a por la victoria, necesitaban asumir más riesgos. Unionistas tenía que esperar para dar el segundo zarpazo en el momento adecuado, y eso es lo que mejor se le ha dado a este equipo esta temporada. El resultado fue el colapso de los verdes ante la madurez situacional de los blanquinegros. 4-0, devolución del desafortunado resultado de la primera vuelta. Y todo, quizá como también pasó en la primera vuelta, por el poder transformador de un primer gol.
Rúbrica dorada a la temporada y Unionistas, una vez más, club copero.